Insolvencia: conceptos básicos e introducción al procedimiento

Insolvencia: conceptos básicos e introducción al procedimiento

La insolvencia es una situación en la que una persona se encuentra cuando, en el marco de sus negocios, se encuentra debiendo mucho dinero, no tiene forma de devolver sus deudas y solicita que el Estado lo reconozca. En una situación de insolvencia, el acreedor deja de ser el propietario de sus bienes, y estos se utilizan para redimir su deuda frente a los deudores.

Asimismo, el procedimiento de insolvencia sirve como medio de protección del deudor frente a los procedimientos judiciales que se sigan contra él (en la ejecución, por ejemplo). En el futuro, una vez que sea declarado en quiebra, el deudor podrá dejar atrás sus complicaciones económicas y empezar de nuevo.

Procedimiento de insolvencia: ¿cómo funciona?

El objetivo del procedimiento de insolvencia es llegar a un acuerdo entre el deudor y sus acreedores. El deudor goza de la protección del Estado frente a los procedimientos judiciales que se ejecuten contra él, y los acreedores podrán recibir su dinero de forma ordenada. El procedimiento de insolvencia se lleva a cabo solo contra particulares; no es posible presentar una solicitud de insolvencia contra una empresa, sino solo contra sus propietarios (contra la empresa se puede iniciar un proceso de liquidación aparte).

El procedimiento de insolvencia solo puede llevarse a cabo contra personas mayores de edad (mayores de 18 años, o contra menores que, al momento de realizar los actos que llevaron al procedimiento de insolvencia, actuaron como adultos y también fueron reconocidos como tales por la otra parte) y contra residentes de Israel, o que administraron allí sus negocios que llevaron a la insolvencia.

La solicitud de insolvencia puede ser presentada tanto por el propio deudor como por sus acreedores. La solicitud puede presentarse de forma independiente, pero es más aconsejable contar con la ayuda de un abogado que acompañe profesionalmente el proceso. El importe mínimo de la deuda que permite iniciar un procedimiento de insolvencia asciende hoy a unos 15.000 NIS. Esta cantidad varía de vez en cuando y debe comprobarse antes de presentar la solicitud.

Cabe recordar que el procedimiento de insolvencia es un procedimiento que conllevará un examen y una revisión exhaustivos de los bienes del deudor y de sus capacidades económicas. Este procedimiento va acompañado de investigaciones del deudor y de sus acreedores, investigaciones de familiares, investigaciones de campo y seguimientos. Por lo tanto, el procedimiento de insolvencia solo es adecuado para quienes realmente no pueden devolver sus deudas, y no para quienes intentan utilizar este procedimiento como medio de fraude, con el fin de huir de sus acreedores y eludir el pago. El administrador judicial, y posteriormente el tribunal, examinan minuciosamente las declaraciones financieras del deudor y pueden cancelar el proceso en cualquier momento, si surge alguna sospecha, lo que también puede acarrear sanciones importantes.

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